sábado, 29 de junio de 2013

Fira encesa (Serenates 2013)

Serenates celebra l'inici de l'estiu,
el final de curs i la primavera,
la nit de sant Joan
i les vacances.

 

Enguany, un premi merescut
per a una dona immerescuda.
Una medalla per a una gran dama
mestressa de la nostra música.
Una universitat retuda
a una veu i a 'sa seva saviesa'.


 

 

Tota la nit, flaire de ciri cremat,
de llibre vell, de vellut polsós,
de murta i de claustre humit,
tancat i obert tota la nit...

Pols de biblioteca
i jardí de convent...

I Maria del Mar
amb plenitud de veu,
cantant com les gavines
quan canten com la dona
que crida per rocalles i esculls
al seu amor retut al mar.

Fira encesa és Maria del Mar Bonet amb Bartomeu Rosselló-Pòrcel, amb tots els enregistraments de les cançons que, a partir dels poemes d'aquest poeta que va nèixer fa cent anys, ha musicat i publicat. I per a nosaltres, quasi dues hores de música, de poesia i de tocar el cel.

lunes, 24 de junio de 2013

El concierto... (notas a pie de barra)

 

 

 

 

  

 

  

Acompaño a tres cámaras (A, B y C) a grabar una actuación en una sala de Madrid. Imagen y sonido. Yo voy a jugar con mi cámara a oscuras y en automático.
A estuvo en producción de X, un programa mítico de TV. Es casi hiperactiva. B y C reportean en vídeo.
Estos conciertos eran igual cuando yo era joven y no me molestaba tanto el sonido alto. Y eso que ahora ya no hay humo en estos sitios. Entonces yo tampoco notaba el humo.
Algunos bailan, también hoy, 30 años después, como lo hacía entonces mi madre.
A, más de 50. Seguro que baila mejor, pero ha desaparecido con su cámara.
Público (un intento de agotar una sala de conciertos madrileña).
Uno levanta una mano. Pelo cortito por detrás y un pelín tintín. Pero con barba.
Pareja que toca la guitarra de aire al compás y a duo. Pasados los 30. 
20 más yo.
Barra con palmeritas de atrezzo.
El cantante lleva la barbita que está ahora de moda y un poquitín de tonsura en su pelo rizado, dejando ver un poquito de cartón al  muy entregado respetable.
No me siento demasiado fuera de sitio.
Luces, humo y ruido no han cambiado. Yo sí. Otros también.
Una chica ha llegado con una bolsa de chuches y ha sido la sensación de la pandi. 
Pantaloncito y manga larga, gafas de pasta de color clarito y a rayas, la recibe.
Varias calvitas.
Viene B. y lo twitea.
Dos tíos están con el móvil, codo con codo. Uno ha estado dándose el pico con una tía un buen rato. Hasta que ha llegado el barbas del otro. Y la tía ha desaparecido. Era la que traía las chuches.
Una pareja ha simulado un pasodoble con una de estas canciones que no tienen paso. Y lo han dejado para comerse el cuello.
C. deja su cámara para salir a fumarse un cigarro. Tiene que permitir que se enfríe porque no consiente la cámara grabar cuando se calienta. No es una cámara específica para vídeo.
Sigue tintín dando saltos con la mano al aire. Casi siempre la derecha.
Tras el descanso, el cantante se ha puesto un polo negro con la banderita en los bordes. Puntito facha? Ahí lo dejo. No lo juro. Casi seguro que no.
Detrás de mí, en la barra, pareja de señores pasados de 30. Old school.
Absurdas leyes de este puto país (dice el cantante). Al entrar hemos estado con una chicas de 16 años en la puerta, con el disco para que se lo dedicásemos: pero no pueden pasar al concierto.
El técnico de sonido lleva cascos (seguro que de protección) y whatsapp (por el tipo de pulgareo que gasta).
Mi madre sigue bailando en el cuerpo de B.
Las luces siguen siendo cañones desde arriba, sobre todo cañones rojos, pero también hay de todos los colores. Incluso celeste y azul pitufo intenso.
Queremos complaceros a todos (dice el cantante), pero también a nosotros. Tenemos muchos discos y hemos elegido ésta canción ahora. Más de medio concierto de final de gira son bises.
Al cantante, con el sudor el cartón se le ve más. Por cierto.
El barbas recibe un beso de una chica que se va. Suspende el whatsapp el tiempo justo de decir ¿te vas? y regresa a su móvil. No lo ha sentido de verdad.
Dedicatoria final a Lucía, de su novia. Se me había olvidado (dice el cantante). No me costaba nada decirlo. Ahora me siento mejor.
Regresa A. Entre todo lo grabado montará, cree, cuatro temas para su web. 
La conversación post-concierto durará un par de horas más, incluido el retorno en bus y una cervecita invitada y discutida. La noche ha sido un éxito.

martes, 18 de junio de 2013

...un bonito espejismo...



15.06.2013, Madrid:

La imagen es real
(yo estuve allí de camino de la Feria del Libro
e hice las fotos). 

El concepto, esperanzador,
una bonita ilusión:
arde el Banco de España,
por fin, delante de la diosa Tierra.

La realidad, como siempre, otra cosa
(un teatro, otro, en llamas,
no es éste un país para soñadores).


miércoles, 12 de junio de 2013

Nacho...

Nacho sale estos días a las tres del cole. La chica que los lleva de vuelta a casa (Nacho lleva detrás a un hermano mayor y una hermana mediana y un hermano más pequeño que él todavía) tiembla con Nacho. Los mayores son extremadamente educados. El pequeño va atado en su carrito. Nacho pasea sus gloriosos cuatro años por todo el autobús. Nacho despliega su natural desparpajo por el largo autobús articulado como hacen los ovillos entre las zarpas de un bebe felino. Nacho despierta a quienes volvemos a casa después de toda la mañana de aguantar jefes, clientes y compañeros. 

La semana pasada ocupó un asiento justo detrás de donde iba yo derecho. Y empezó a empujarme: ¡Señor, Señor, que no me dejas ver! La chica y los hermanos mayores acudieron a frenar el vuelo desbocado de Nacho. Yo me volví sonriendo y le dije: Puedes ver por las ventanas. Respiró la chica. Los hermanos agarraron a Nacho: ¡Deja en paz al Señor, Nacho! Yo le pregunté qué era eso que quería ver con tanto afán. La calle, me dijo sonriendo como sólo sabemos hacerlo a los cuatro años. Nacho y el Señor fueron los protagonistas del autobús durante el recorrido entre cinco paradas. Me cambié de sitio (un asiento libre junto a la puerta) y Nacho me siguió. Me preguntó qué leía. Me confesó que él todavía no sabía leer. ¿Qué pone? No le quise explicar mucho (estoy ahora con el extranjero de Camus). Odio los saludos de chocar las manos, pero le ofrecí el gesto y Nacho se sintió encantando de poder golpear mi mano con la suya. Me llamo Nacho. Me pidió disculpas la chica. Ha sido un placer, le contesté.


Hoy ha venido, detrás de su sonrisa, dispuesto a no dejarme leer otra vez. Se ha sentado a mi lado. Los hermanos han comprobado mi aprobación y, respirando en paz, se han sentado no demasiado lejos. Me ha contado que no han acabado el cole aún porque todavía van a natación los mayores y él. Quería leer. No sabe. Le he ofrecido dibujar en mi libreta y se ha dibujado a sí mismo, con pelo, once dedos (luego hemos camuflado uno como si fuera una cuerdecita), una camiseta roja y una sonrisa encantadora. Ya que el retrato era suyo, debajo ha escrito con unos trazos deliciosamente extraños NACHO. Y, ante mi frustración, ha arrancado la hoja para llevárselo. Y a mí, ¿no me vas a dibujar uno? Claro. Sin aspavientos ha vuelto a empezar un dibujo como el que acababa de hacer (parece tener la experiencia de Durero en los autorretratos). Pero ha llegado su parada. Y nuestro choque de palmas de consolación. 



jueves, 6 de junio de 2013

LA PRIMAVERA



Llegada la primavera
en Andhra Pradesh, en Karnataka, en Kerala
la casta de los intocables
combate la plaga de langostas con un vaso de leche.
El gobierno ha persuadido a los jóvenes agricultores
para que abandonen sus cultivos tradicionales.
Los sembrados de grano
y las plantaciones de caña de azúcar
han sido reemplazados por campos de algodón
semillas transgénicas compradas a crédito
a la compañía estadounidense Monsanto.
De la floración del conjuro es responsable
el Fondo Monetario Internacional
y unos van y otros vuelven
por los laberintos de la afirmación.
Y la caridad purifica los números
y la misericordia perpetúa las églogas
entre Karnataka y Kerala y Andhra Pradesh.
Durante la última década la cosecha fue mal
y más de ciento cincuenta mil campesinos,
según los datos del Ministerio de Agricultura
de la India, utilizaron los pesticidas,
adquiridos bajo préstamos de usura,
para suicidarse, óyelo bien, para suicidarse.
En Kerala, en Karnataka, en Andrha Pradesh,
terminada la primavera, se recoge el algodón
para los saris blancos de las vestidas de luto.

Juan Carlos Mestre
La bicicleta del panadero
Calambur, 2012